sábado, 24 de diciembre de 2011

La mejor cena de navidad

La semana pasada leía en el blog de El Comidista de El País una entrada sobre "comidas viejunas". Me hizo gracia el post, y al leerlo comprobé que mi abuela María y sus banquetes navideños estarían de la más absoluta actualidad. Lo único que me gusta de estos días es que los paso con mi familia: no es fácil juntarnos, aunque no seamos muchos, vivir cada una de las hermanas en una ciudad diferente, hace que a veces los reencuentros sean tarea difícil. El resto de la parafernalia me la ahorraría con un par de excepciones: el pavo, la sopa de almendra, las vieiras gratinadas, ver a mis sobrinos hacer el ganso (ya han dejado de tener edad) para ganarse el aguinaldo, y el intercambio de regalos de la noche del 24.
Así que he decidido rescatar 3 recetas de la abuela, fotografiarlas mientras las preparábamos hoy, y transformarlas en una felicitación de Navidad. Las cantidades son para 12 personas:

Vieiras gratinadas:
12 vieiras con su concha, 1 cebolla grande, 50 grs. de harina, mantequilla, 1/2 litro de leche, sal, pimienta blanca y un poco de pan rallado.
Picar la cebolla fina, rehogar con un poco de mantequilla y cuando empieza a dorarse, añadir la harina, tostar junto y poco a poco incorporar la leche sin dejar de remover para que no se hagan grumos. Salpimentar y reservar cuando todavía no ha espesado demasiado. En el momento de servir, templar un poco, y repartir la bechamel sobre las conchas con las vieiras dentro, espolvorear un poco de pan rallado y gratinar en el horno. Nosotros las servimos con un par de langostinos gratinados en cada plato.


Pavo relleno de fruta:
1 pava (es más sabrosa que el pavo) de unos 4 kilos, cebollas, orejones, ciruelas pasas, uvas pasas sin hueso, 3 manzanas reineta, 1 cabeza de ajos, 2 litros de caldo de pollo, brandy, hilo de algodón grueso y aguja, 1 jeringuilla.
Lavar bien la pava, quitándole las vísceras, higados, riñones y todo lo que pueda tener en el interior. Limpiar o/o quemar los plumones que pudieran quedar en las patas. Pelar las manzanas y cortar en dados de 1,5 cm. salpimentar la pava por dentro y rellenar con los dados de pamnzana, ciruelas, uvas y orejones, apretando bien para que quede bien relleno. Coser con cuidado para que no se salga nada por delante ni por detrás.


Untar con aceite una bandeja de horno profunda y colocar el pavo, rodeándolo con cebolla cortada en trozos grandes, ajos enteros separados sin pelar y los trozos que hayan sobrado de manzana. Inyectar al pavo por fuera el brandy (este año se nos ha olvidado comprarlo y hemos inyectado un Glenfiddich reserva, que era el whisky favorito de mi padre) . Salpimentar por fuera y poner al horno a 180º media hora. Poner el caldo a calentar en el fuego, y cuando pase esa media hora, empezar a regar cada 15 minutos el pavo con un par de cucharones de caldo. Normalmente hay que asarlo durante 1 hora por cada kilo de peso. Este de hoy estará listo por la tarde, un par de horas antes de cenar. Se saca del horno cuando está listo, y justo antes de servirlo, se le da un golpe de horno caliente para que se temple un poco.


Sopa de almendra
6 paquetes de pasta de almendra, 1,5 litros de leche, 250 grs. de azúcar, pan del día anterior y canela
Cortar el pan en rebanadas finísimas y colocar al fondo de una sopera o de los cuencos en que se vaya a servir. Deshacer la pasta de almendra en la leche al fuego. Añadir el azúcar y dejar dar un hervor. Retirar del fuego y verter sobre la sopera (o los cuencos). Espolvorear de canela y dejar enfriar a temperatura ambiente. Cuando está frío, colocar en el frigorífico para servirlo frío.


Estas recetas sólo tienen un problema:
hay que esperar un año completo para volver a disfrutarlas.
No sabrían igual si no es con algún sobrino enredando,
con el mensaje del Rey de fondo mientras se pone la mesa,
con los olores mezcándose en la cocina,
y con todo bien empantanado.
¡Buena noche para todos!

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