lunes, 28 de septiembre de 2009

pesca en la Praia de Meco

Adoro septiembre. Es un mes cálido, amable, que llega con calma tras los calores y sudores de agosto. Me encanta ir a la playa por las tardes. El sol se pone a las 8 y tengo tiempo de dormir una siesta tardía con la cabeza a la sombra dejándome tostar un poco por los últimos rayos del día.
Hace unas semanas viví una experiencia inolvidable, y gracias a la cámara de mi teléfono móvil puedo compartirlo con todos vosotros: los pescadores de la Aldea do Meco echando sus redes al mar desde barcazas para sacar unos pocos peces del tamaño mínimo exigido para la venta. Una serie de espectáculos mágicos:

el del esfuerzo en equipo,

el de devolver a la mar los peces pequeños que habían quedado atrapados a cientos en las redes,

el de la llegada de las gaviotas en busca de su festín,

el de la generosidad de los pescadores
compartiendo el fruto de su trabajo con todos los que observábamos,

al final de la tarde volví para casa con una bolsa de 4 kilos de caballas. Entiendo hasta cierto punto que la pesca de arrastre esté limitada, incluso que se quiera prohibir. Pero después de ver a este grupo de hombres afanados por devolver al mar cientos de caballas pequeñitas mientras todavía estaban vivas, me he reconciliado un poco más con la especie humana: con lo burros que somos normalmente pisoteando todo lo que la naturaleza pone a nuestro alcance, me resultó un grato placer ver a estos hombretones esforzándose por devolver al mar lo que le acababan de pedir prestado.

El espectáculo de las gaviotas fue sorprendente, y me recordó que la naturaleza es mucho más inteligente que nosotros: la vida continúa, y esta "arte" ancestral tan poco evolucionada, les permite alimentarse con poco esfuerzo cada tarde a la puesta de sol.

Una experiencia más de la que aprender bastantes cosas...

miércoles, 23 de septiembre de 2009

ciao Luca ... boa onda!

Acabo de volver de cenar en Luca, mi restaurante favorito de Lisboa. Hoy hace 5 años que abrió sus puertas, aunque yo tardé unos meses en conocerlo. Las dos primeras veces disfruté de platos deliciosos, de un servicio impecable, sonrisas cautivadoras y un ambiente cosmopolita que poco tenía que ver con las "tascas" de Lisboa, y mucho con los restaurantes más especiales que he conocido a lo largo de mi vida. En mi tercera visita conocí al autor del prodigio, nos presentó el anterior dueño de esta casa que hoy es lacasadetodosenlisboa. A los postres de una comida muy agradable, se acercó a saludar justo en el momento en que yo estaba dudando qué postre escoger, y le pedí que eligiera por mi. A los 5 minutos llegó con una "noite bianca" un vaso bajo de whisky con varias capas de distintos ingredientes "mete la cuchara hasta el fondo, se trata de comer un poco de cada capa, que se te llene la boca de todos esos sabores". Ahí nació nuestra amistad, llena de sabores. Y a partir de ese momento empezó una deliciiosa historia de cenas, copas, hielo picado para caipirinhas, risas, conversaciones sobre nuestros respectivos riñones, sobre la vida, Lisboa, el mundo...

Tenemos unas cuantas cosas en común: intentamos poner toda la carne en el asador. Intentamos que lo que hacemos sea el 100% de lo que podemos hacer. Intentamos que a nuestro alrededor reine la "boa onda". Intentamos que los que trabajan con nosotros sean una parte importantísima de todo lo que se "experimenta" en nuestras casas, llámense Vera o Wender, Masa, Bruno, o Fabrizio: todos ellos son parte del resultado, y sin ellos, nosotros no seríamos lo que somos. Quizás por eso en los cuadernos de todas las habitaciones de micasa hay recomendaciones sobre Luca, todas ellas muy buenas, impecables.
Ahora Luca ha decidido pasar el testigo a otros valientes que llegan con nuevos aires a este local de Rua Santa Marta en el que hemos pasado tan buenos ratos. Él va a dedicarse a hacer una de las cosas que más le gustan: aprender. Vuelve a estudiar porque todavía es joven y tiene ganas y muchas cosas que aprender. Esa es una de las cosas que más me han gustado de Luca desde que le conocí: las ganas de aprender, la atención por todo lo que sucede a su alrededor, por todos los que le rodean. Es una parte importante del secreto de su éxito: la humildad para observar y aprender desde ahí.
Me encantan los "guestfriends", eso que sucede en casa con tanta frecuencia: huéspedes que se vuelven amigos después de una o varias estancias. En casa de Luca todos hemos sido un poco guestfriends. Y todos los que lo hemos sido vamos a echarle de menos. Creo que después de su despedida esta noche, todos hemos aprendido bastante de cómo hacer bien las cosas, de cómo el éxito se consigue "sendo auténticos, com paixão, qualidade, esforzo, honestidade e sobre tudo, com muita boa onda".
Querido Luca, en mi nombre y en el de todos los que han salido de micasa para pasar por tucasa, muito muito muito obrigada. Ójala que esta boa onda te acompañe siempre donde quiera que vayas.
Beijinhos e desde já, saudades!

domingo, 30 de agosto de 2009

agotador agosto

Hoy termina un agosto agotador, y escribo desde micasaenelalentejo, que es también la casa de Walter y Diná, y dentro de poco será ACASADADINÁ un precioso bed&breakfast&dinner en medio del campo, junto a las playas de la costa del sudoeste alentejano. Esta es la casa a la que me escapo cuando quiero paz, descanso, desconexión, y que me cuiden. Y me pongo en manos de Diná, que me deja dormir sin hora y cuando me levanto, me ha preparado un rico desayuno, con fruta de su huerta y pan cocido en el horno de leña de la vecina. Normalmente me paso el día sin hacer demasiado, me escapo a la playa, o doy un paseo por el campo, leo, duermo la siesta, coso, charlo, escucho buena música, y disfruto aprendiendo algún plato nuevo de los que prepara para estas cenas "en las que el postre siempre se toma al día siguiente", o veo cómo Walter domina su parrillero Uruguayo.

El mes de agosto ha sido estupendamente agotador. La crisis parece haber pasado de largo junto a micasa (enorme alegría!) y parece que en septiembre vamos por el mismo camino. Así que me he escapado un par de días a este lugar maravilloso, aunque esta vez, sin anfitriones, me he ocupado de la huerta, los patos, las gallinas, las codornices, y de Moro, el perro más bueno del mundo. Por la tarde vuelvo a Lisboa. Lola se queda aquí unos días, a ver si hace ejercicio y se termina de recuperar de la salmonela con la que empezamos el mes.

Llevaba demasiado tiempo desconectada de este blog. Y lo echaba de menos. Hoy es el cumple de Diná, mi anfitriona, y de Violeta, una criatura deliciosa que hemos tenido alojada en casa unos días este mes que termina. Las dos son muy especiales, y felicitarlas desde aquí, me parece una muy buena forma de retomar la sana costumbre de escribir. A ver si esta vez no pasan 8 meses, y os pongo al día de las historias de esta casa, y de Lisboa.
Y de regalo para todos, un descubrimiento de Diná: una canción que me pone de buen humor cada vez que la escucho: ójala os pase lo mismo!
Paolo Nutini - Candy