viernes, 1 de enero de 2010

acumulando felicidades

Todo lo que rodea el final~inicio de cada año me parece cada vez más lo que mi padre llamaba una majadería: me apetece pasarlo como un día cualquiera (de echo esta vez ha sido como un día cualquiera, pero más complicado), estoy cansada, llueve bastante, y lo que verdaderamente me gustaría es quedarme en casa con un buen libro, un vaso de leche caliente y un pedazo de "bolo rei". Sin embargo termino por salir a cenar a casa de una buena amiga que me acogió en Lisboa hace años y me ayudó a descubrir ésta ciudad maravillosa... ¿Por qué?

A veces nuestras decisiones son inexplicables. La verdad es que anoche no me habría movido de mi guarida, y salir apenas me aportó compartir un momento de alegría con una anfitriona feliz de recibir a sus amigos en casa. El resto, una cena rica, 40 minutos buscando un taxi para volver a casa en cuanto empezó el nuevo año, y 6 horas de sueño profundo que han sido el mejor regalo para empezar 2010.

Hace bastante que decidí que sólo quería acumular cosas que pudiera llevarme a la tumba, y seguramente anoche fue la posibilidad de vivir otro momento feliz la que me llevó a salir a la calle, a pesar de mi falta de ganas.

Este 2009 no ha sido para mi tan malo como lo pintan: más trabajo que nunca, pero también mucha acumulación de alegrías para el espíritu, que son las que de verdad importan. Para muestra, algunas de las más disfrutadas:

• 84 Charing Cross Road: un libro delicioso, recomendado por una guest-friend adorable.

• Ricardo y su lancha: un portugués encantador que organiza paseos por el Tajo en lancha o en velero y que me ha enseñado una nueva perspectiva de mi ciudad (gracias, Rosana, por presentármelo).

Un paseo por el acueducto de las Aguas Libres, terminando en el Palacio da Fronteira: dos grandes desconocidos de Lisboa que nadie debería perderse (gracias, Adriana, por la recomendación).

• Recibir el libro de Lola: un regalo de Daniel, buen amigo y mejor fotógrafo, que se ha convertido en el best seller de esta casa.

• Belén y Nicolás montando a caballo por primera vez en su vida en una playa de Doñana: un regalo que me acompañará de por vida


• Batavia y su nueva web: un proyecto en el que llevo trabajando más de un año que a falta de algunos retoques ya se puede visitar, y en el que me enorgullece haber participado.

• Las compañías de verano, y las de otoño, primavera, invierno... siempre una alegría.


• El libro de ábaton al que he dedicado durante los últimos meses bastantes horas de trabajo y satisfacción.

• El último tesoro tipográfico incorporado a esta casa, que descansa en el jardín esperando su instalación, y mientras ya ha empezado a hacer felices a algunos afortunados...


2010 empieza bien, al menos he conseguido hacer lo que me daba la gana durante todo el día. Después de preparar un brunch para los huéspedes de casa, he pasado el día haciendo el vago, entre siestas, un pequeño paseo por el barrio desierto, algo de trabajo, y ahora un rato dedicada a este blog huérfano hace meses.

Y la próxima semana me voy 10 días de vacaciones, a seguir acumulando experiencias felices. Es mi única aspiración, para el año que comienza y para la vida que continúa: seguir haciendo cosas que me hagan feliz, y acumulando buenos recuerdos que me puedan acompañar por donde vaya.

Y eso os deseo a todos este año, una enorme acumulación de cosas de las que de verdad importan, a ser posible disfrutadas con los cinco sentidos, con pasión y por supuesto con una sonrisa.

No hay comentarios: