jueves, 27 de marzo de 2008
compartiendo
El miércoles santo pasó una cosa que me encanta en micasaenlisboa. Volvía cansada de recibir a unas huéspedes en el apartamento que alquilo en Campo de Ourique. Sólo pensaba en llegar a casa, pasear a Lola, picar algo e irme a dormir. Al entrar me encontré con Miguel y Pilar, gaditanos alojados en casa desde el domingo, a punto de tomar unos quesos y un vino que habían comprado. Decidimos compartir cena y picar y beber juntos vinos, quesos y ensalada. En medio de una muy agradable conversación, aparecieron Carmen y Guillem, barceloneses que llevaban los mismos días en casa, que habían coincidido en algún desayuno, y que se unieron a la charla y a la conversación. Y media hora después, Charo y Andrés, madrileños, con los que ya había compartido algunas charlas los días anteriores. Nos dieron las 3 de la mañana. Todos queríamos irnos a dormir desde las 12, pero algo nos empujó a quedarnos, arreglando el mundo, compartiendo experiencias, oporto, mostatel y tinto alentejano. Estos momentos son de lo mejor que pasa en esta casa. Compartir es lo que me mueve a tener todo esto en marcha. Con esa idea he colocado en las habitaciones unos cuadernos para que cada uno escriba su experiencia de Lisboa y la comparta con los demás y de alguna forma mantenga su vínculo con esta ciudad, con esta casa y con todos los que en ella vivimos. Espero que vuestras colaboraciones se conviertan en la mejor guía de Lisboa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola, bella.
Gracias por la entrada. Me reduce enormemente el complejo de culpa por corruptora vil. Besos de los dos
Hasta Lola compartió un poco de queso, y tuvo aquella noche una larga sesión de rascancia. Vino no le dimos, pero a fe mía que miraba las copas con verdadero interés...
Publicar un comentario