El mes de agosto ha sido estupendamente agotador. La crisis parece haber pasado de largo junto a micasa (enorme alegría!) y parece que en septiembre vamos por el mismo camino. Así que me he escapado un par de días a este lugar maravilloso, aunque esta vez, sin anfitriones, me he ocupado de la huerta, los patos, las gallinas, las codornices, y de Moro, el perro más bueno del mundo. Por la tarde vuelvo a Lisboa. Lola se queda aquí unos días, a ver si hace ejercicio y se termina de recuperar de la salmonela con la que empezamos el mes.
Llevaba demasiado tiempo desconectada de este blog. Y lo echaba de menos. Hoy es el cumple de Diná, mi anfitriona, y de Violeta, una criatura deliciosa que hemos tenido alojada en casa unos días este mes que termina. Las dos son muy especiales, y felicitarlas desde aquí, me parece una muy buena forma de retomar la sana costumbre de escribir. A ver si esta vez no pasan 8 meses, y os pongo al día de las historias de esta casa, y de Lisboa.
Y de regalo para todos, un descubrimiento de Diná: una canción que me pone de buen humor cada vez que la escucho: ójala os pase lo mismo!
Paolo Nutini - Candy